miércoles, 23 de noviembre de 2011

Flamingo

Si te tumba el mar abierto y el odio te ciega,
yo estaré ahí con balsas y un millón de velas.
¿Por qué cargas un morral de miedo y la montaña nos sosiega?
Y aunque a veces te moleste yo aún te haré la cena.
Otra vez...

Si la espera te entierra en una condena,
con palas construiré castillos de arena.
Y el "¿qué pasa?" te molesta y te pulsa el pecho como una avalancha.
Y aunque a veces te moleste nunca te abandonaré.
Otra vez...

Tu eres mi calma, tu eres mi calma, tu eres mi calma, tu eres mi calma. Tu eres mi calma, tu eres mi calma, tu eres mi calma, tu eres mi calma. Tu eres mi calma, tu eres mi calma, tu eres mi calma, tu eres mi calma. Tu eres mi calma, tu eres mi calma, tu eres mi calma.

La Vida Boheme.

Simplemente, la canción más perfecta.

martes, 7 de junio de 2011

Cuando yo me vaya.

Esto fue algo que me mando mi papá y es bastante bonito. Te amo demasiado papá.

"Cuando yo me vaya, no quiero que llores,
quédate en silencio, sin decir palabras,
y vive recuerdos, reconforta el alma.

Cuando yo me duerma, respeta mi sueño,
por algo me duermo; por algo me he ido.

Si sientes mi ausencia, no pronuncies nada,
y casi en el aire, con paso muy fino,
búscame en mi casa,
búscame en mis libros,
búscame en mis cartas,
y entre los papeles que he escrito apurado.

Ponte mis camisas, mi sweater, mi saco
y puedes usar todos mis zapatos.

Te presto mi cuarto, mi almohada, mi cama,
y cuando haga frío, ponte mis bufandas.
Te puedes comer todo el chocolate
y beberte el vino que dejé guardado.
Escucha ese tema que a mí me gustaba,
usa mi perfume y riega mis plantas.

Si tapan mi cuerpo, no me tengas lástima,
corre hacia el espacio, libera tu alma,
palpa la poesía, la música, el canto
y deja que el viento juegue con tu cara.
Besa bien la tierra, toma toda el agua
y aprende el idioma vivo de los pájaros.

Si me extrañas mucho, disimula el acto,
búscame en los niños, el café, la radio
y en el sitio ése donde me ocultaba.

No pronuncies nunca la palabra muerte.
A veces es más triste vivir olvidado
que morir mil veces y ser recordado.

Cuando yo me duerma,
no me lleves flores a una tumba amarga,
grita con la fuerza de toda tu entraña
que el mundo está vivo y sigue su marcha.

La llama encendida no se va a apagar
por el simple hecho de que no esté más.

Los hombres que “viven” no se mueren nunca,
se duermen de a ratos, de a ratos pequeños,
y el sueño infinito es sólo una excusa.

Cuando yo me vaya, extiende tu mano,
y estarás conmigo sellada en contacto,
y aunque no me veas,
y aunque no me palpes,
sabrás que por siempre estaré a tu lado.

Entonces, un día, sonriente y vibrante,
sabrás que volví para no marcharme."

lunes, 6 de junio de 2011

Cigar


Solo tienes que encenderlo y aspirar un poco más y verás cómo llega.
Soltaras un poco de humo y así veras como el fin que se veía lejano está por llegar, así verás como la vida se consume sin previo aviso y es el mismo fuego con el que lo encendiste el que te indicará que esta por acabar.
Hasta el último poco de humo que quede se ira y así se llevara todo también.

Es cierto que la vida se puede comparar con un cigarro.... O quizá no.

viernes, 3 de junio de 2011

Algo que encontré

La edad no determina la madurez, una sonrisa no siempre es felicidad y una lágrima no siempre es dolor.

Un hombre anda bajo la luna


Pena de mala fortuna
que cae en mi alma y la llena
pena.
Luna...

Calles blancas, calles blancas
siempre ha de haber luna cuando
por ver si la pena arranco
ando
y ando.


Recuerdo el rincón oscuro
en que lloraba en mi infancia
los líquenes en los muros
las risas a la distancia.

Sombra. Silencio.
Una voz que se perdía
la lluvia en el techo
atroz lluvia que siempre caía
y mi llanto, húmeda voz que se perdía.

Se llama y nadie responde
se anda por seguir andando
andar, andar ¿hacia dónde?
¿y hasta cuándo?


Amor perdido y hallado
y otra vez la vida trunca
lo que siempre se ha buscado
no debiera hallarse nunca.

Uno se cansa de amar
uno vive y se ha de ir
soñar ¿para qué soñar?
vivir ¿para qué vivir?

Siempre ha de haber calles blancas
cuando por la tierra grande
por ver si la pena arranca
ande
y ande.

Ande en noches sin fortuna
bajo el vellón de la luna
como las almas en pena.

Pena de mala fortuna
que cae en mi alma y la llena
pena
Luna...


Pablo Neruda.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Nostalgia


Después de analizar muchas cosas me di cuenta que cuando te deje ir era para que volvieras ya que siempre regresabas pero esta vez termine regresando yo a ti y he aquí el gran problema porque no me sirvió de nada. Esa amistad "irrompible" se rompió, esas ilusiones juntos se esfumaron, tu perfume ya no dejo ni un rastro, tus manos y las mías se soltaron sin avisarnos.

En fin, ya no estás aquí y yo no estoy por allá pero cuando me recuerdes la nostalgia te va a acompañar.

viernes, 4 de marzo de 2011

Poema 20

Puedo escribir los versos más triste esta noche.
Escribir por ejemplo: "LA noche esta estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

Pablo Neruda.